Este año los Reyes Magos me
han regalado un curso para aprender a decorar cupcakes. Un curso de tres horas
que se nos pasaron volando, muy divertido y ameno.
Fui con Silvia, ninguna de las
dos habíamos tocado nunca el fondant, así que fue toda una experiencia. Tuvimos
la suerte de que ninguno de los participantes era experto en decoración de
cupcakes y era la primera vez que iban a un curso similar. La profe Marianna
era muy simpática y con mucha paciencia.
Teníamos preparado cuatro
cupcakes horneados esa misma mañana cada uno, las instrucciones, un delantal y
todo el instrumental en una cajita.
Los colores del fondant nos
los dieron elegidos, Silvia quería rosa… no pudo ser, pero tuvo la suerte que
el cortador que le tocó fue de corazones, el mío círculos.
Al empezar a moldear la flor
nos tiramos más de una hora intentando ver una rosa, el color verde no ayudaba,
veíamos más bien una bonita lechuga. Pero una vez terminado y colocado en su
sitio ya vimos la rosa, ¿vosotros veis rosa o lechuga?
Lo siguiente que teníamos que
moldear: un lazo. ¿Lo veis? Que difícil… Y eso que Marianna lo hacía hasta con
los ojos cerrados.
Tercer cupcake, empezamos a
pegarnos con la manga pastelera. Silvia ganó a la manga, la manga me ganó a mí,
no me hago con ella ni a cámara lenta. Tengo que repetir curso por culpa de
ella.
Al final nos fuimos con
nuestra cajita y cuatro cupcakes cada una.
Nos lo pasamos fenomenal y deseando
repetir, os recomendamos la experiencia.